La comunidad Budista zen Plum Village es una colectividad religiosa de orden monástico, mixta, unida por una práctica de vida comunitaria bajo una misma regla.
Esta comunidad religiosa, con proyección en el mundo entero, cuenta con centros de práctica en numerosos países (entre ellos, Francia, Estados Unidos, Alemania, Hong Kong y Thailandia), en los que cientos de monjes promueven la vida armoniosa, en paz, compartida y fraterna.
La sangha de Plum Village, una comunidad monástica de hombres y mujeres budistas, pone en el centro de su práctica el arte de vivir en plena consciencia (mindfulness). Se trata de una sangha de orden monástico porque sus miembros viven en comunidad, bajo un mismo techo, sometidos a una misma regla y a una autoridad superior y han pronunciado sus votos dentro de su tradición. Los visitantes que allí se retiran se unen de manera temporal a la sangha.
Plum Village. Una notoriedad mundial. «El nombre de esta villa se puso tras la plantación de 1250 ciruelos, cuya producción fue vendida en
beneficio de los niños desheredados del mundo» (La Croix, 16-17 de diciembre de 2006).
Este centro de práctica ha adquirido reputación internacional, como lo subraya Le Monde des Religions (julio-agosto 2005), en un artículo que se titula «Thich Nhat Hanh: maestro budista del momento presente»: «En unos decenios (Plum Village) se ha convertido en uno de los lugares de retiro budista más importantes de Europa».
L’Express también destacaba, en 2001, que Plum Village «es uno de los más grandes centros budistas del mundo».
Los religiosos: residentes permanentes (monjas y monjes) y temporales (novicios) de la Comunidad
Monjes y monjas, hombres y mujeres adultos que han pronunciado sus votos monásticos y que se llaman entre ellos «hermanos» y «hermanas», comparten actividades en el seno de esta comunidad, donde la
finalidad es exclusivamente religiosa.
Monjes y monjas toman el compromiso de vivir en la pobreza, renunciando a la búsqueda de lucro y de bienes materiales que puedan poner en riesgo la vida monástica; se comprometen a obedecer las enseñanzas budistas y las reglas de la vida monástica que son la base de la vida en común en el seno de la comunidad, unida por la práctica de la plena consciencia, y a mantener una vida en celibato.
Los hombres y mujeres que forman esta comunidad de orden monástico viven modestamente en el seno de varios centros llamados ‘monasterios’, repartidos de la siguiente manera:
• El monasterio Upper Hamlet para monjes, en Thénac, (Dordogne).
• El monasterio Lower Hamlet, para monjas, en Loubés-Bernac (Lot-et-Garonne).
• El monasterio New Hamlet, para monjas, en Dieulivol (Gironde).
• El monasterio Son Ha para monjes, en Thénac, (Dordogne).
La comunidad recibe de manera regular la visita de aspirantes y novicios originarios principalmente de Vietnam, por períodos de 12 a 36 meses. Los seminaristas que allí permanecen de manera temporal reciben y comparten las enseñanzas del Maestro Thich Nhat Hanh y aprenden a vivir bajo la regla monástica de la comunidad.
Así formados, a su retorno a Vietnam los seminaristas pueden esparcir la luz del budismo zen, en torno a ellos, por todo el mundo.
Los retiros organizados para no-residentes
La comunidad acoge, regularmente a lo largo del año, a hombres y mujeres del mundo entero, en el marco de retiros de práctica, durante los cuales se comparten las enseñanzas del Maestro Thich Nhat Hanh. Los participantes en los retiros se integran durante algunos días o semanas a las actividades de la vida cotidiana de monjes y monjas. Así, aprenden a meditar en la más pura tradición del budismo zen.
A fin de practicar la plena consciencia en cada actividad de su vida cotidiana, los participantes son invitados a ayudar en todas las actividades comunitarias, especialmente en la preparación de comidas y el mantenimiento de las salas. El ‘compartir del Dharma’ en grupos es otra actividad a la que convocan los monjes varias veces a la semana.
Durante el verano y las festividades de fin de año, las familias que acuden al retiro pueden traer a sus niños. Durante el año, cientos de personas de todo el mundo pasan temporadas en Plum Village.
La organización de la comunidad regida por una misma regla religiosa y bajo la autoridad espiritual del maestro Thich Nhat Hanh. La comunidad, que vive al ritmo que marcan las enseñanzas de la tradición budista, obedece a una misma regla religiosa. Laicos y religiosos observan los «Cinco entrenamientos espirituales de la Plena Consciencia», planteados en tiempos del Buda, regla de vida y fundamento de la práctica comunitaria.
Todos los miembros de la sangha observan los cinco entrenamientos espirituales que les permiten vivir juntos, en armonía. De esta manera, cada uno se compromete voluntariamente con estos cinco entrenamientos: reverencia hacia la vida, verdadera felicidad, amor verdadero, habla amorosa y escucha profunda y consumo consciente y salud.
Los miembros de la congregación llevan una vida simple y modesta, señalada por las siguientes actividades:
5:00 Despertar
5:30 Meditación sentados
7:30 Desayuno (jueves y domingo: enseñanzas del Maestro)
9:15 Meditación del trabajo
12:00 Meditación caminando en la campiña
13:00 Comida
14:00 Tiempo personal
15:00 Compartir del Dharma
18:00 Cena
20:00 Meditación sentados
21:30 Noble silencio
El equilibrio de la comunidad se apoya en la práctica de la meditación, el estudio y las enseñanzas, el trabajo comunitario en la congregación y las actividades recreativas, con el fin de construir y preservar
una verdadera fraternidad.
Los jueves y los domingos, los hermanos y las hermanas de los diferentes monasterios se reúnen. Son días llamados «de Plena Consciencia» y consagrados especialmente a las enseñanzas.
Los espacios de compartir el Dharma, que tienen lugar también durante los días de plena consciencia, están destinados a la escucha profunda y el habla amorosa sobre las enseñanzas y la evocación de la vida cotidiana. Permiten a unos y a otros compartir sus alegrías y dificultades en la práctica, promoviendo la experiencia de la escucha atenta y la palabra auténtica.
Todas las noches, a partir de las 21.30, se propone el ‘Noble silencio’ hasta el día siguiente, al acabar el desayuno. El noble silencio ayuda a reposar, descansar de las actividades e interacciones del día. Tanto el cuerpo como el espíritu necesitan ese tiempo de silencio para cultivar la paz dentro de nosotros mismos.
Religiosos y religiosas de cualquier otra confesión, así como también los laicos, son invitados a compartir y a profundizar en sus propias creencias a través de la práctica religiosa de la comunidad. La comunidad está, asimismo, comprometida en el diálogo interreligioso y, por lo tanto, mantiene fructíferos intercambios con otras tradiciones religiosas.