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Enseñanzas Prácticas

Guía para invitar la campana

Compilada por Mitchell Ratner, Hna. Dinh Nghiem, Valerie Stains, Hna. Tung Nghiem (Hna. Pine) y otros monásticos y practicantes laicos en New Hamlet, durante los retiros de veintiún días de 2012 y 2014.

Introducción

«Me gustaría hablarles un poco sobre mi práctica de la campana, el sonido de la campana.»

»Cuando era un niño, solía asistir a un templo budista con mi madre, mi hermana y mi padre, y escuchaba mucho el sonido de la campana, pero no tenía mucho sentido para mi, el sonido de la campana. Recuerdo que había gente que seguía hablando cuando escuchaban la campana. Me convertí en monje novicio a la edad de dieciséis años. En esa época, tuve la oportunidad de descubrir qué es el sonido de la campana realmente. Me entregaron un librito que tenía que aprender de memoria. Ese librito tenía cincuenta y cinco poemas. Había unos pocos poemas sobre invitar la campana a sonar y cómo escuchar la campana. Era maravilloso. Fue la primera vez que supe que la campana tiene un papel muy importante en la vida de un monje y en la vida de una persona laica.

»Antes de que invites la campana a sonar (no se dice “golpear la campana”, no sería muy amable; se dice “invitar la campana a sonar”), tienes que inhalar y exhalar. Utilizas un pequeño poema para inhalar y exhalar profundamente:

Cuerpo, palabra y mente en perfecta armonía,
envío mi corazón con el sonido de esta campana.
Que todo el que la escuche despierte del olvido
y trascienda el sendero de la ansiedad y el dolor.

»Cuando lees una línea, inhalas; cuando lees la siguiente, exhalas.

»La lees en silencio, en tu mente. Después de que hayas leído estas cuatro líneas del poema, tú mismo te transformarás en calma y en solidez, y entonces tendrás el derecho de tocar la campana. Cuando invitas la campana a sonar, estás enviando tu amor, estás enviando tus saludos, estás enviando tu deseo a la gente que escuchará la campana.

»Es por eso que invitar la campana, enviar el sonido de la campana a las personas de tu alrededor es una acción muy compasiva. No puedes hacerlo sin poner mucho de tu corazón en ello.

»Así que comencé a aprender de memoria este poema, y había también otros poemas para el mismo propósito. También aprendí otros poemas relacionados con la práctica de cómo escuchar la campana. Cuando escuchas la campana, debes practicar la escucha profunda del sonido de la campana.

Escuchando la campana siento cómo las aflicciones en mí comienzan a disolverse.
Mi mente se calma y mi cuerpo se relaja. Nace una sonrisa en mis labios.
Siguiendo el sonido de la campana, regreso a la isla de la plena conciencia
y, en el jardín de mi corazón, las flores de paz nacen hermosas.

»Hay poemas como este que debes aprender de memoria para practicar escuchar la campana. Invitar la campana a sonar y escuchar la campana puede producir energía de paz, alegría y solidez en ti. ¿Cómo puedes tener esta energía de paz, solidez y alegría? Solo tienes que practicar escuchar la campana.

(Extraído de una charla del Dharma de Thich Nhat Hanh, del 24 de diciembre de 1997)

Términos básicos:

  • Despertar la campana: un sonido de la campana amortiguado. Para hacerlo, al invitar la campana sostienes el invitador contra el borde de la campana. Se suele realizar una respiración larga (inhalación y exhalación) entre el despertar y la invitación de la campana. La intención es avisar a los practicantes de que se producirá un sonido completo de la campana. Si el sonido para despertar la campana no es escuchado por todo el mundo, puedes hacer un segundo sonido de despertar para asegurarte de que ha sido escuchado por todos.
  • Invitar los tres sonidos: se usa para abrir y cerrar una actividad formal, tal como una sesión de meditación o una charla del Dharma. Consiste en tres sonidos con al menos tres largas respiraciones entre cada sonido de la campana. Los sonidos pueden ser espaciados equitativamente con el mismo tono y volumen.
  • Campanas de conclusión (señales de fin): dos sonidos de la campana con uno o dos segundos entre ellos. Se suelen usar al final de una meditación sentada y al final del periodo de silencio en comidas en silencio.
  • Campana pequeña (o minicampana): una campana portátil. Se sostiene en la palma de la mano o montada en una varilla.
  • Campana de actividad: una campana colgante grande, que se invita antes de cada actividad. El patrón de los sonidos es una serie de siete sonidos continuos: largo, largo, largo, corto, corto, largo, largo. Después se hace una pausa para una respiración y se invitan tres sonidos largos, más sonoros, con un incremento progresivo de sonido.
  • Campanas de plena conciencia: se usan durante el compartir del Dharma, charlas del Dharma y en meditaciones caminando en el exterior para ayudar a los practicantes a regresar a su respiración y al momento presente. Se despierta la campana y se invita un sonido completo.

¿Cuántas campanas? ¿Cuándo?

Una sola sesión de meditación sentada.

  • Inicio de la meditación: despertar la campana y una serie de tres sonidos.
  • Conclusión de la meditación: despertar la campana y dos sonidos de conclusión.
  • Después de que los practicantes hayan dado masaje a sus piernas, para indicar que pueden levantarse, despierta la campana pequeña e invita un sonido completo de la campana.
  • Reverencia mutua: un sonido de la campana pequeña.
  • Reverencia a Buda: un sonido de la campana pequeña.

Una sesión de meditación sentada y caminando.

  • Inicio de la meditación: despierta la campana e invita una serie de tres sonidos.
  • Conclusión de la meditación: despierta la campana e invita dos sonidos de conclusión.
  • Para levantarse después de que los practicantes hayan dado masaje a sus piernas: despierta la campana pequeña e invita un sonido completo de la campana.
  • Reverencia mutua: Un sonido de la campana pequeña (los practicantes giran a su izquierda).
  • Para comenzar la meditación caminando: un sonido de la campana pequeña.
  • Para anunciar a los practicantes que al llegar al cojín donde comenzaron a caminar pueden detenerse y mirar hacia el centro: despierta la campana pequeña e invita un sonido.
  • Reverencia mutua: despierta la campana e invita un sonido de la campana pequeña.
  • Reverencia a Buda: un sonido de la campana pequeña.

Una sesión de meditación sentada, caminando y sentada.

  • Inicio de la meditación: despierta la campana e invita una serie de tres sonidos.
  • Conclusión de la meditación: despierta la campana e invita dos sonidos de conclusión.
  • Para levantarse después de que los practicantes hayan dado masaje a sus piernas: despierta la campana pequeña e invita un sonido completo de la campana.
  • Reverencia mutua: un sonido de la campana pequeña (los practicantes giran a su izquierda).
  • Para comenzar la meditación caminando: un sonido de la campana pequeña.
  • Para anunciar a los practicantes que al llegar al cojín donde comenzaron a caminar pueden detenerse y mirar hacia el centro: despierta la campana pequeña e invita un sonido.
  • Reverencia mutua y sentarse: despierta la campana e invita un sonido de la campana pequeña.
  • Para comenzar la meditación, una vez que los practicantes se han sentado: despierta la campana e invita una serie de tres sonidos.
  • Conclusión de la meditación: despierta la campana e invita dos sonidos de conclusión.
  • Después de que los practicantes hayan masajeado sus piernas, para indicar que pueden levantarse: despierta la campana pequeña e invita un sonido completo de la campana.
  • Reverencia mutua: un sonido de la campana pequeña.
  • Reverencia a Buda: un sonido de la campana pequeña.

Una sesión de meditación sentados y lectura de sutra.

  • Inicio de la meditación: despierta la campana e invita una serie de tres sonidos.
  • Conclusión de la meditación: despierta la campana e invita dos sonidos de conclusión.
  • Para levantarse después de que los practicantes hayan dado masaje a sus piernas: despierta la campana pequeña e invita un sonido completo de la campana.
  • Reverencia mutua: un sonido de la campana pequeña (los practicantes se sientan mirando al centro).
  • Antes del verso de apertura: despertar la campana, e invita tres sonidos.
  • Cantos y lectura de sutra, de acuerdo con el manual Cantos del Corazón.
  • Al concluir la lectura del sutra: invitar dos sonidos de la campana y después un tercer sonido cuando el segundo haya casi concluido (usualmente después de una o dos respiraciones).
  • Durante el canto Compartir el mérito: hay dos sonidos de la campana durante el canto y un sonido final justo después de la última palabra del canto.

Compartir el Dharma

  • Para comenzar el compartir del Dharma: despierta la campana e invita una serie de tres sonidos.
  • Para concluir el compartir del Dharma: despierta la campana e invita tres sonidos.
  • Para levantarse una vez que los practicantes han masajeado sus piernas: despierta la campana pequeña e invita un sonido completo.
  • Reverencia mutua: un sonido de la campana pequeña.
  • Reverencia a Buda: un sonido de la campana pequeña.

Comidas en silencio con introducción

  • Si la gente ya está comiendo: despierta la campana e invita un sonido completo.
  • Antes de la introducción: despierta la campana.
  • Después de la introducción: un sonido de la campana.
  • Para comenzar la lectura de las cinco contemplaciones: despierta la campana.
  • Al concluir la lectura de las cinco contemplaciones: invita la campana.
  • Después de 20 minutos (se suele usar para indicar que los practicantes pueden levantarse para servirse más comida, levantar los platos o terminar el silencio): despierta la campana e invita dos sonidos de conclusión.

Comidas en silencio

  • Si la gente ya está comiendo: despierta la campana e invita un sonido completo.
  • Para comenzar la lectura de las cinco contemplaciones: despierta la campana.
  • Al concluir la lectura de las cinco contemplaciones: invita la campana.
  • Después de 20 minutos (se suele usar para indicar que los practicantes pueden levantarse para servirse más comida, levantar los platos o terminar el silencio): despierta la campana e invita dos sonidos de conclusión.

Charla del Dharma

  • Para comenzar la charla del Dharma: despierta la campana e invita una serie de tres sonidos.
  • Para concluir la charla del Dharma: despierta la campana e invita una serie de tres sonidos.
  • Despierta la campana pequeña e invita un sonido completo para indicar a los practicantes que pueden dar un masaje a sus piernas y prepararse para levantarse.
  • Una vez que los practicantes han dado masaje a sus piernas: un sonido de la campana pequeña para indicar que los practicantes pueden levantarse.
  • Reverencia mutua: un sonido de la campana pequeña.
  • Reverencia a Buda: un sonido de la campana pequeña.
Práctica de la meditación guiada

La meditación guiada es un tipo de meditación donde se van introduciendo textos breves para que el practicante, siguiendo su respiración, ponga su atención en ellos. Estos textos son semillas que depositamos en la mente-conciencia para que fructifiquen y florezcan en forma de comprensión, nuevas actitudes y hábitos saludables.

Es una herramienta muy útil para enfocar nuestra atención y consciencia durante las sesiones de meditación sentada. Así se fomenta la concentración, elemento necesario para que surja esa comprensión.

En estas sesiones de meditación guiada hay que buscar una fórmula coherente que facilite a los participantes su seguimiento. Para ello hay que comprender bien su esencia y contenido. Muchas de ellas están extraídas de Sutras clásicos: como el sutra de la Respiración, Sutra de los fundamentos de la Plena consciencia, etc..

Su desarrollo es:

– Dejamos unos minutos para ajustar la postura de meditación y que la atención en la respiración se asiente un poco:

– Antes de la introducción de cada objeto de meditación (texto):

  1. -Se despierta la campana con un sonido apagado, sordo y apenas audible, que se produce dejando el bastón apoyado en el borde de la campana después de haber dado el golpe, para que no siga vibrando y el sonido no sea completo.
  2. -Se introduce la primera entrada, siguiendo el tempo de la respiración, ejemplo:Inspirando, soy consciente de mi inspiración. (al inspirar)Espirando, soy consciente de mi espiración. (al espirar)
  3. -Después se dice la palabra o palabras que se dejarán en tu mente durante unos minutos (de 15 a 24 respiraciones completas, o sea, más o menos unos 3 minutos):Inspiro, (lo digo al inspirar)Espiro, (lo digo al espirar)
  4. -Después se puede invitar a sonar a la campana o no hacerlo, para no interrumpir con el sonido el ambiente silencioso.. A vuestra elección.

A continuación, siguiendo la misma pauta señalada arriba, se introduce la segunda entrada:Inspirando, soy consciente de todo mi cuerpo.

Espirando, relajo todo mi cuerpoCuerpo, (lo digo al inspirar)

Relajado, (lo digo al espirar)

Con 5,6,7 entradas de 2 o 3 minutos cada una puede ser suficiente, de modo que se ocuparía entre 15 y 20 minutos de la meditación total. De esta forma quedan 10 minutos de silencio en la última parte de la sentada para dejar que el contenido se asiente en la nuestra conciencia y la comprensión se manifieste.

El libro de Thay “El florecer del Loto” (libro descatalogado que no se encuentra en las librerías, pero os lo podemos hacer llegar) recomendamos tenerlo a mano, para su estudio y comprensión. Posteriormente se puede trabajar con él para seleccionar las meditaciones adecuadas al momento, a los practicantes a los que va dirigida, duración de las mismas, lenguaje adecuado, etc..

La lectura del Prologo y la Introducción de este libro os dará una idea bastante clara de qué es la meditación guiada, su función y desarrollo.

En el libro hay 31 ejercicios, desde los más básicos, que son para mantener la atención en la respiración, hasta los que profundizan en la comprensión y visión profunda de la muerte, etc.., para estadios más avanzados de la práctica.

Todos los ejercicios del libro tienen al final una explicación para su mejor comprensión y aplicación.Os deseamos una buena práctica.

Meditación de las cuatro posturas del cuerpo

En su libro Transformación y sanación (Ed. Paidos), Thich Nhat Hanh hace un comentario del “Sutra de los cuatro fundamentos de la consciencia” (Satipatthana sutra). En un párrafo de dicho sutra se hace la siguiente afirmación: “Además, cuando un practicante camina, es consciente de: “Estoy caminando”. Cuando está de pie, es consciente de: “Estoy de pie”. Cuando está sentado, es consciente de: “Estoy sentado”. Cuando está estirado (acostado) es consciente de : “Estoy estirado”. En cualquier posición que se encuentre su cuerpo es consciente de la misma”.

A propósito del texto anterior, dice Thay: “Este ejercicio trata de observar con atención vigilante las posturas que adopta el cuerpo. No es sólo un ejercicio para practicar en el momento de meditar sentado en la sala de meditación. Esta práctica se puede utilizar durante todo el día para ayudar al practicante a permanecer en plena consciencia. Cuando se hace la meditación caminando en la sala de meditación o en el exterior, el practicante puede combinar su respiración con sus pasos para permanecer establecido en la plena consciencia”.

A veces el practicante tiende a apegarse a la forma y pensar que sólo la meditación sentada tiene entidad como tal. Erróneamente pensamos que la calidad de la meditación sentada no la consiguen ni la meditación caminando ni ningún otro medio.

Es así que os proponemos esta práctica para desidentificarnos de una sola forma de meditar. En concreto la práctica que os proponemos es un buen medio para hacer el tránsito entre la meditación sentada y el resto de nuestra actividad diaria, es un puente que nos ayuda a manejarnos en plena consciencia en cada momento.

¿Cómo hacer entonces esta práctica para que nos provea de pericia para afrontar la plena consciencia en la vida diaria?

Como dice Thay en su comentario, uniremos la respiración con las cuatro diferentes posturas corporales, de forma que nos ayude a permanecer establecidos en la plena consciencia.

Partimos de la posición “de pie”. Inspiramos y espiramos de cuatro a seis veces en plena consciencia y sin forzar. No demasiadas respiraciones porque entonces la práctica perdería su carácter dinámico. Prestamos atención a la espalda, rodillas ligeramente flexionadas, etc..

Después pasamos a la posición “caminando”. Cada vez que planto el pie hago una espiración. Planto el pie con mucha suavidad, como si besara la tierra, pero con mucha atención a ese suelo y ese contacto.

Después, nos tumbamos y pasamos a la posición “acostado”, volvemos a hacer en esa posición de 4 a 6 respiraciones.

De esta posición pasamos a la posición “sentado”. Importante observar también las transiciones entre una y otra postura. ¿Cómo nos incorporamos? ¿Sobre qué brazo nos apoyamos? Prestad atención a todos vuestros movimientos.

Es importante no apegarse a ninguna forma en particular. No sería muy conveniente quedarnos solo con una de las posiciones porque nos resulte más agradable o dedicarle más respiraciones a una que a otra posición corporal. Ya decimos que el objetivo de esta práctica es aumentar la capacidad de concentración, desidentificarnos con una única forma de meditar y abandonar el apego o preferencia a una de ellas en particular.

Manual de meditación caminando

Los cinco contactos con la Tierra

Primer Contacto

En señal de gratitud, entro en contacto y me inclino ante todas las generaciones de antepasados de mi familia biológica.

(Un sonido de campana)
(Todos tocan la tierra)

Veo en mí a mi madre, a mi padre, cuya vitalidad y energía circulan por mis venas alimentando cada célula de mi cuerpo…

A través de ellos veo a mis cuatro abuelos… Veo sus expectativas, sus experiencias y su sabiduría, que me han sido transmitidas a través de mis padres. Abro mi corazón, mi carne y mis huesos para recibir la comprensión, el amor y la experiencia que me han transmitido todos mis ancestros…

Llevo en mí: su vida, sus alegrías, sus frustraciones, su sabiduría y su felicidad… También llevo todo el dolor y la violencia de generaciones y generaciones…

Sé que los padres y los abuelos siempre aman a sus hijos; sin embargo, no siempre han sido capaces de expresar su amor adecuadamente, debido a las dificultades con las que ellos mismos se encontraron a lo largo de su vida o a la fortaleza de las energías negativas recibidas de sus progenitores…

Puede que no tuvieran la oportunidad de parar de correr, de tener tiempo para poder relajar su cuerpo y mente, para comprenderse y aprender a amarse a sí mismos y a los demás, y superar su sufrimiento…

Tal vez no tuvieron la fortuna de encontrarse con alguien que les transmitiera unas enseñanzas espirituales apropiadas, que les ayudaran a vivir en armonía con los demás y con su entorno.

Veo también que mis antepasados biológicos trabajaron a su modo y trataron de construir una vida más fácil, cómoda y feliz…

Estoy practicando para transformar todas sus energías negativas transmitidas: ira, odio, celos, tristeza, complejos, violencia. Soy consciente de que si transformo mi sufrimiento y esas semillas negativas recibidas, también las estoy transformando para mis antepasados, porque ellos están en mí…

Veo mis raíces en mis padres y en todos mis antepasados, soy la continuación de su linaje.

Me inclino profundamente ante ellos y permito que su energía fluya a través de mí y les pido su apoyo, protección y fortaleza…

Dejo ir a la tierra todo el dolor, violencia e incomprensión recibidas de mis padres y de toda mi familia biológica, para que la tierra las transforme y me las devuelva en forma de comprensión, amor y alegría, y así, no continuar transmitiendo estas energías negativas a las generaciones futuras.

(Varias (12) respiraciones)
(Un sonido de campana)
(Todos se levantan)

Segundo Contacto

En señal de gratitud, entro en contacto y me inclino ante todas las generaciones de antepasados de mi familia espiritual.

(Un sonido de campana)
(Todos tocan la tierra)

Veo en mí a todos mis maestros y maestras, como aquellos que me han mostrado el camino de la comprensión y del amor. A los que me han enseñado el arte de la respiración consciente, a sonreír, y a perdonar, y me han ayudado a vivir profundamente en el momento presente…

Veo también que ciertos espacios naturales, ríos, montañas, animales o ciertas formas de vida, me han ayudado a ser más pacífico y amoroso, ayudándome a serenarme, a volver a mí mismo y a recargarme de energía positiva, los veo también como mis maestros espirituales…

A través de mis maestros veo a todos los maestros de anteriores generaciones y otras tradiciones espirituales, llegando hasta aquellos que comenzaron mi familia espiritual hace miles de años.

Veo a (Buda, a Cristo, a Mahoma, a todos los patriarcas, a Teresa de Calcuta, Gandhi, Francisco de Asís, Monseñor Romero) y a otros muchos hombres y mujeres, como mis maestros y antepasados espirituales…

Veo que su energía ha entrado en mí creando paz, alegría, comprensión y amor compasivo. Sé que la energía de estos maestros ha transformado profundamente el mundo. Sin el Buda y todos estos ancestros espirituales, no hubiera conocido la práctica de traer paz y felicidad a mi vida, y a las vidas de mi familia y sociedad…

Mis antepasados espirituales puede que tuvieran sus propias dificultades y no haber sido siempre capaces de transmitir sus enseñanzas apropiadamente, pero los acepto tal y como son…

Pido a estos antepasados espirituales que me transmitan su infinita fuente de energía, paz, estabilidad, comprensión y amor…

Abro mi corazón y mi cuerpo para recibir esta energía y recibir la protección de aquellos que han despertado y de sus comunidades de práctica…

Sé que yo soy la continuación de estos linajes espirituales y me comprometo a practicar para transformar el sufrimiento en mí mismo y en el mundo, y ser una buena continuación suya y transmitir esta energía espiritual a las futuras generaciones de practicantes…

(Varias respiraciones)
(Un sonido de campana)
(Todos se levantan)

Tercer Contacto

En señal de gratitud, entro en contacto y me inclino ante esta tierra y ante todos sus ancestros humanos y no humanos que la han hecho posible.

(Un sonido de campana)
(Todos tocan la tierra)

Veo que soy uno, protegido y alimentado por esta tierra y por todos los seres vivos que han vivido aquí y que han hecho mi vida fácil y posible con todos sus esfuerzos…

Veo a Ramón y Cajal, Manuel Azaña, Severo Ochoa, y muchos otros, conocidos y desconocidos.

Veo a aquellos que han hecho de este país un refugio para la gente de muchos orígenes y razas, gracias a su talento, perseverancia y amor…

También veo el esfuerzo de aquéllos que han trabajado para construir escuelas, hospitales, puentes, carreteras, ferrocarriles, embalses, etc…

Veo también a aquellos que han luchado para proteger los derechos humanos y desarrollar la ciencia y la tecnología. Veo el sufrimiento que han soportado muchos animales y plantas en pruebas científicas, para que nosotros los seres humanos, tengamos una vida con menos sufrimiento…

Veo a todos los que han trabajado y a veces muerto para conseguir más libertad y justicia social…

Entro en contacto con todos los nativos de la Península Ibérica (los celtas, los íberos, los musulmanes, guanches etc…), que han vivido en esta tierra durante tanto tiempo y que han conocido modos de vivir en paz y armonía con la naturaleza, protegiendo las montañas, los bosques, los animales, la vegetación y los minerales…

Siento la energía de esta tierra penetrando en mi cuerpo y en mi conciencia, apoyándome y aceptándome. Me comprometo a cultivar y mantener esta energía y transmitirla a las futuras generaciones…

Veo también toda la explotación, abuso y violaciones que hemos infringido a nuestra madre tierra, sobreexplotando los bosques, contaminando los ríos y la atmósfera, explotando a los animales, debido a nuestra ignorancia, avaricia o inconsciencia…

Madre Tierra, te pido perdón con todo mi corazón y me comprometo a trabajar para defenderte y protegerte para que las generaciones futuras te reciban en el mejor estado posible.

Para ello, es necesario transformar la ignorancia, la codicia y la violencia que todavía permanecen profundas en la conciencia colectiva de nuestra sociedad.

Dejo ir a la tierra toda la ignorancia, codicia y violencia recibidas por todas las generaciones de antepasados de esta tierra, para que las transforme y nos la devuelva en forma de energía de plena consciencia, esperanza y alegría para protegerla. Gracias Madre Tierra.

(Varias respiraciones)
(Un sonido de campana)
(Todos se levantan)

Cuarto Contacto

En agradecimiento y con compasión, me inclino y transmito mi energía a aquéllos a los que amo.

(Un sonido de campana)
(Todos tocan la tierra)

Toda la energía que he recibido quiero ahora transmitirla a todas las personas que amo…

Sé que, a veces, no he sido suficientemente consciente en mi vida diaria y les he hecho sufrir con mis palabras o acciones…

También sé que aquellos que me aman han podido tener en su vidas sus propias dificultades y sufrimientos, y puede que no tuvieran un entorno que reforzara su completo desarrollo emocional y fisiológico…

Transmito mi energía a mi madre, a mi padre, a mis hermanos y hermanas, a mi pareja, a mis hijas e hijos, a todos mis amigos y amigas, de forma que su dolor sea aliviado y puedan sonreír y sentir la alegría de estar vivos. Quiero que todos ellos gocen de salud y sean felices…

Sé que cuando ellos son felices yo también lo soy, su felicidad no está separada de la mía. Ya no siento más resentimiento hacia ninguno de ellos…

Pido a todos los antepasados de mi familia biológica y espiritual que dirijan sus energías hacia cada uno de ellos, para protegerles y ayudarles….

Soy consciente de que no estoy separado de ellos. Yo estoy en ellos y ellos están en mí, soy uno con los que amo…

(Varias respiraciones)
(Un sonido de campana)
(Todos se levantan)

Quinto Contacto

Con comprensión y compasión, me inclino para reconciliarme con todos aquellos que me han hecho sufrir.

(Un sonido de campana)
(Todos tocan la tierra)

Abro mi corazón y mando toda mi energía de amor y comprensión a todos los que me han hecho sufrir. A aquellos que han destruido parte de mi vida o de la vida de aquellos a los que amo…

Ahora sé que estas personas también han padecido mucho sufrimiento y que sus corazones están cargados de dolor, ira, odio, celos y envidia…

Sé que cualquiera que sufre tanto hace sufrir a los que le rodean.

Puede que ellos no hayan tenido la oportunidad de ser cuidados y amados, de sentirse seguros y protegidos, tal vez fueron maltratados y humillados…

Tal vez en sus vidas han tenido muchas dificultades generadas por su entorno, por su herencia o generadas por su propia ignorancia, y no han recibido suficiente ayuda y apoyo para poder superar su sufrimiento y poder transformarse a sí mismos y transformar sus vidas…

No han tenido la suerte de ser guiados por el camino de la vida consciente y han acumulado falsas percepciones sobre la vida, sobre mí y sobre los demás…

Pido a mis ancestros de mi familia espiritual y de sangre que canalicen la energía del amor y la protección hacia estas personas que nos han hecho sufrir, de forma que sus corazones sean capaces de recibir el néctar del amor y puedan florecer…

Deseo que puedan transformarse para experimentar la felicidad de vivir, de forma que dejen de causar sufrimiento a sí mismos y a los demás…

Veo su sufrimiento y no quiero guardar ningún sentimiento de rencor, odio o ira hacia ellos. No quiero que sufran…

Dirijo toda mi comprensión y amor hacia ellos y pido a todos mis ancestros que les ayuden y les muestren el camino de la verdadera felicidad, el camino de la comprensión y del amor…

(Varias respiraciones)
(Un sonido de campana)

CONSEJOS PARA USAR ESTE TEXTO PARA LA PRÁCTICA DE LOS CINCO CONTACTOS CON LA TIERRA

Encuentra un sitio tranquilo y confortable donde se pueda permanecer tumbado unos minutos apaciblemente mientras dura la lectura de cada contacto con la tierra.

Lee el texto antes de empezar la práctica para comprenderlo, para ver la velocidad de lectura y las pausas requeridas (marcadas con unos puntos suspensivos…). Estas pausas facilitan la visualización, úsalas a tu criterio.

En el texto se mencionan nombres y/o personajes que no tienen por qué ser ni todos leídos ni los únicos, son ejemplos para ayudar a que la práctica sea profunda y concreta e inspirar al practicante, nombrando personas que le son familiares y significativas.

Este texto está basado e inspirado en la práctica, “Tocar la tierra” de Plum Village. El original puedes encontrarlo en varios libros de Thay, entre otros: Enseñanzas sobre el amor. Consúltalo si lo tienes a mano para leer sus comentarios y comprender su profundidad.

Hemos intentado mantener la esencia del texto, cambiando algunas palabras en la redacción del mismo, para hacerlo más comprensible y fluido.

Hemos usado la palabra “contacto” en vez de “postración” para facilitar la comprensión del gesto. Siéntete libre para usar una u otra.

Los 5 entrenamientos de la Plena Consciencia

Introducción a los Cinco Entrememientos de la Plena Consciencia

Durante los retiros que he dirigido a lo largo de todos estos años, mis estudiantes y yo hemos oído muchas historias de sufrimiento y hemos quedado consternados al saber que gran parte de ese sufrimiento se debe al alcoholismo, al consumo de drogas, a los abusos sexuales y a comportamientos similares que se han transmitido de generación en generación.

Existe un profundo malestar en la sociedad. Cuando ponemos a un niño o un adolescente en medio de esta sociedad y no hacemos nada por protegerle, cada día es víctima de la violencia, el odio, el miedo y la inseguridad, y acaba por enfermar. Nuestras conversaciones, programas de televisión, anuncios, periódicos y revistas alimentan todos ellos las semillas de la insatisfacción en niños y jóvenes y también en personas no tan jóvenes. Sentimos una especie de vacío en nuestro interior e intentamos llenarlo comiendo, bebiendo, viendo la televisión, yendo al cine o incluso trabajando en exceso.

Refugiarnos en estas cosas sólo hace que nos sintamos más hambrientos y menos satisfechos y que queramos cada vez más de lo mismo. Necesitamos algunas pautas, alguna medicina preventiva para protegernos y poder sanar de nuevo. Tenemos que encontrar una cura para nuestra enfermedad. Hemos de encontrar algo que sea bueno, hermoso y verdadero en lo que podamos refugiarnos.

Cuando conducimos un coche, se supone que debemos observar ciertas normas para no tener un accidente. Hace 2.500 años el Buda ofreció ciertas pautas a sus discípulos laicos para ayudarles a llevar una vida pacífica, saludable y feliz. Fueron los Cinco Entrenamientos de la Plena Consciencia y en la base de cada uno de estos Entrenamientos se halla la atención plena. Con atención plena somos conscientes de lo que está pasando en nuestro cuerpo, nuestros sentimientos, nuestra mente y en el mundo, y evitamos dañarnos a nosotros mismos y dañar a los demás. La plena consciencia nos protege, protege a nuestras familias y sociedad y garantiza un presente seguro y feliz, y también un futuro seguro y feliz.

En el budismo, la práctica de la plena consciencia, la concentración y la visión profunda siempre van juntas. Es imposible hablar de una de ellas sin hablar de laas otras dos. A esto se llama triple instrucción: sila, la práctica de la plena consciencia o atención plena; samadhi, la práctica de la concentración; y prajna, la práctica de la sabiduría intuitiva. Las prácticas de la plena consciencia, concentración y visión profunda «inter-son». Realizar la práctica de la plena consciencia genera concentración y la concentración es necesaria para la obtención de la sabiduría intuitiva. La atención plena es la base de la concentración, la concentración nos permite mirar con profundidad, y la sabiduría intuitiva es el fruto de mirar con profundidad. Cuando estamos plenamente atentos podemos ver que al abstenernos de hacer «esto» impedimos que suceda «eso».

Esta clase de sabiduría intuitiva no nos viene impuesta por una autoridad externa sino que es fruto de nuestra propia observación. Por ello, practicar los cinco Entrenamientos de la plena consciencia nos ayuda a estar más tranquilos y concentrados y aporta más sabiduría intuitiva e iluminación, lo que, a su vez, hace que nuestra práctica de los mismos sea más sólida. Los tres están interconectados; cada uno de ellos ayuda a los otros dos y los tres juntos nos acercan a la liberación final: dejar de tener «brechas». Nos impiden caer de nuevo en el pensamiento ilusorio y en la insatisfacción. Salir de la corriente de la insatisfacción se llama anasvara, «dejar de tener brechas». Mientras continuamos teniendo fugas, somos como una embarcación con fisuras e inevitablemente caeremos de nuevo en la insatisfacción, la aflicción y la falsa ilusión.

Los cinco Entrenamientos son en sí mismos amor. Amar es comprender, proteger y aportar bienestar al objeto de nuestro amor. La práctica de los Entrenamientos lo logran. Nos protegemos a nosotros mismos y unos a otros.

Estos cinco Entrenamientos son el resultado de intuiciones obtenidas mediante la práctica conjunta en comunidad. Una tradición espiritual es como un árbol. Necesitamos que sea regado para que produzca hojas y ramas nuevas, para poder continuar así siendo una realidad viva. Ayudamos a crecer al árbol del budismo viviendo profundamente la esencia de la realidad, los Entrenamientos de la plena consciencia, la concentración y la intuición. Si continuamos practicando la plena consciencia con profundidad, en relación con nuestra sociedad y nuestra cultura, estoy seguro de que nuestros hijos y nietos tenderán a una comprensión aún mejor de los cinco Entrenamientos y obtendrán una paz y una alegría aún mayores. 

Durante algún tiempo usé la palabra «preceptos» en lugar de entrenamientos pero muchos amigos occidentales me han dicho que la palabra «precepto» evoca en ellos un fuerte sentimiento de bien y mal y que si rompen los preceptos sienten que han fracasado completamente. Los preceptos son algo diferente de «mandamientos» y «normas». Son la sabiduría intuitiva nacida de la observación plenamente atenta y de la experiencia directa de la insatisfacción. Son las pautas que nos ayudan a entrenarnos a vivir de una forma que nos proteja y proteja a quienes nos rodean.A medida que continuamos el adiestramiento, se hacen más profunda nuestra comprensión y nuestra práctica de los Entrenamientos. Nadie puede ser perfecto cuando acaba de comenzar a practicar y ni siquiera cuando ya lleva  tiempo entrenando. Los Entrenamientos son la expresión más concreta de la práctica de la conciencia plena, por ellos es apropiado y útil llamarlos «Entrenamientos de la plena consciencia».

En los círculos budistas, una de las primeras expresiones de nuestro deseo de practicar la vía  de la comprensión y del amor es recibir formalmente de un maestro de Dharma los Cinco Entrenamientos de la Plena Consciencia. (…) Es extraordinario ver la paz y la felicidad de la persona en el momento que recibe las prácticas de la Plena Consciencia. Antes de tomar la decisión de recibirlos, puede sentirse confusa, pero con la decisión de practicarlos, se cortan muchos vínculos de apego y confusión. Después de finalizar la ceremonia de la transmisión puede verse en su rostro que se ha producudo una gran liberación.

Cuando prometes observar, aunque sea sólo uno de los Entrenamientos de la plena consciencia, esa firme decisión que surge de tu visión profunda conduce a una verdadera libertad y felicidad. La Comunidad está allí para apoyarte y ser testigo del nacimiento de tu sabiduría intuitiva y de tu determinación. La ceremonia de transmisión tiene el poder de abrir camino, liberar y construir. Después de la ceremonia, si continúas practicando los Entrenamientos, mirando más profundamente para tener una visión más honda y clara de la realidad, aumentarán tu paz y tu liberación y la forma en que los practicas revelarán la profundidad de tu paz y de tu visión profunda.

Siempre que alguien se compromete formalmente a estudiar, practicar y observar los Cinco Entrenamientos de la Plena Consciencia, también toma refugio en las «Tres Joyas» -Buda, Dharma y Sangha-. Practicar los Entrenamientos es una expresión concreta de nuestro aprecio y confianza respecto a estas «Tres Joyas». El Buda es la misma Plena Consciencia, El Dharma es la forma de comprender y amar y la Sangha es la comunidad que apoya nuestra práctica. (…)

Nosotros, los seres humanos, necesitamos algo en lo que creer, algo que sea bueno, hermoso y verdadero, algo que podamos tocar. La fe en la práctica de la plena consciencia -en los cinco Entrenamientos y en la Tres Joyas- es algo que cualquiera puede descubrir, apreciar e integrar en su vida cotidiana.

Los cinco Entrenamientos y las Tres Joyas tienen sus equivalentes en todas las tradiciones espirituales. Provienen de nuestro interior profundo, y practicarlos nos ayuda a arraigarnos más en nuestra propia tradición. Después de que hayas estudiado los cinco Entrenamientos y las Tres Joyas espero que vuelvas a tu proia tradición e ilumines las joyas que contiene. Los cinco Entrenamientos son la medicina de nuestra época. Te animo a practicarlos tal como se presentan aquí o tal como se enseñan en tu propia tradición.

¿Cuál es la mejor forma de practicar los cinco Entrenamientos? No lo sé. Todavía estoy aprendiendo, al mismo tiempo que tú. Me gusta la frase que se lee en los Entrenamientos: «Aprender formas de …». Nosotros no lo sabemos todo, pero podemos reducir al mínimo nuestra ignorancia. Confucio dijo: «Saber que no sabes es el principio del conocimiento». Creo que esta es la forma de practicar. Debemos ser humildes y abiertos para poder aprender juntos. Necesitamos una Sangha, una comunidad que nos apoye y también necesitamos estar en contacto estrecho con nuestra sociedad para practicar bien los cinco Entrenamientos. Muchos problemas de hoy no existían en la época de Buda, por ello tenemos que mirar juntos profundamente para desarrollar las intuiciones que nos ayuden a nosotros y a nuestros hijos a encontrar formas mejores de vivir una vida íntegra, feliz y sana.

Cuando alguien pregunta: «¿Te preocupas?» «¿Te preocupas de mí?» «¿Te preocupas de la vida?» «¿Te preocupas de la Tierra?», la mejor forma de responder es practicar los cinco Entrenamientos. Se trata de enseñar con tus acciones, no con tus palabras. Si realmente te preocupas, practica, por favor, estas prácticas de la Plena Consciencia para protegerte y proteger a otras personas y otras especies. Si hacemos todo lo que podemos para practicar, será posible un futuro para nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

Thich Nhat Hanh «For a future to be possible». (1993)

Los 14 entrenamientos de la Plena Consciencia

En esta página se han presentado algunos ejercicios que pueden ayudarnos a mantener la conciencia despierta, sobre todo de lo que está en nosotros y en nuestro entorno inmediato. Llegado a este punto en que tenemos que trazar nuestras trayectorias a través de este vasto mundo, hay algunas directrices que pueden ayudarnos y protegernos. Bastantes miembros de nuestras comunidades practican los siguientes ejercicios, es posible que a también te resulten útiles a la hora de escoger tu forma de vida en el mundo contemporáneo. Los hemos llamado los catorce entrenamientos de plena conciencia de la Orden del InterSer.

Los catorce entrenamientos de plena conciencia de la Orden del InterSer son lineamientos para la vida cotidiana. La mayoría de las reglas religiosas son prohibiciones que comienzan con el control de acciones físicas -no matar, no robar, etc. Los catorce entrenamientos de plena conciencia de la Orden del InterSer comienzan con la mente. De acuerdo con Buda, “La mente es el rey de todos los fenómenos. La mente es el pintor que pinta todo”. Los primeros siete tratan de problemas asociados con la mente, los siguientes dos con el habla, y los últimos cinco con el cuerpo, aunque debemos tener en cuenta que esta división es arbitraria. En nuestra tradición vemos a la mente como una lámpara de atención siempre presente. Aquellos que reciten regularmente y practiquen estos entrenamientos lo comprobarán.

Los catorce entrenamientos de plena conciencia de la Orden del InterSer son la esencia misma del budismo. Son la antorcha que ilumina nuestro camino, el barco que nos lleva, el maestro que nos guía. Te los presentamos a continuación.

Los catorce entrenamientos de plena conciencia de la Orden del InterSer son la esencia misma del budismo. Son la antorcha que ilumina nuestro camino, el barco que nos lleva, el maestro que nos guía. Te los presentamos a continuación.

Las 5 contemplaciones antes de comer

El Buda y nuestros ancestros ​​espirituales nos invitan a comer con plena conciencia, tanto de los alimentos, como de la comunidad de práctica que nos acompaña. No nos dejemos llevar por pensamientos sobre el futuro o el pasado mientras comemos, y hagámoslo de tal modo que la alegría, la paz, y la libertad sean posibles durante la comida.

Esta comida, fruto de la tierra, del cielo, y de mucho arduo trabajo y amor de innumerables seres vivos, es un regalo del universo entero.

Comamos con plena conciencia y gratitud, de manera que seamos dignos de recibirla.

Que podamos reconocer y transformar nuestros estados mentales negativos, en especial la gula y la avaricia, y que aprendamos a comer con moderación.

Mantengamos viva nuestra compasión, comiendo de tal manera que reduzcamos el sufrimiento de los seres vivos, preservemos nuestro planeta, y revirtamos el proceso de calentamiento global.

Aceptemos esta comida con el fin de practicar y hacer realidad el camino de la comprensión y del amor, de cultivar nuestra hermandad, de fortalecer nuestra Sangha, y de nutrir nuestro ideal de servir a todos los seres.

Contemplaciones antes de comer para los más jóvenes

Comer juntos es también practicar la meditación. Deberíamos intentar estar presentes en todas las comidas. Podemos empezar a practicar desde el momento en que nos servimos la comida. Al hacerlo, vemos todos los elementos que se han reunido para crear esta comida maravi­llosa: la lluvia, la luz del sol, la tierra, el aire, el amor. De hecho, a través de esta comida podemos ver que todo el universo nos ayuda a existir. Antes de comer, se invita la campana tres veces. Podemos entonces disfrutar de inspirar y espirar mientras practicamos las contemplaciones antes de comer para los más jóvenes:

Esta comida es un regalo de todo el universo: el cielo, la tierra, la lluvia y el sol.

Damos las gracias a todos los que han hecho esta comida, y sobre todo a los agricultores, los vendedores de comida y los cocineros.

Solo nos servimos la comida que podemos comer.

Vamos a masticar la comida despacio para poder saborearla.

Comemos para alimentar nuestra compasión, proteger la naturaleza y las demás especies y detener el cambio climático.

Esta comida nos da energía para practicar y tener más amor y compasión.

Tomamos esta comida para estar más sanos, alegres y para amarnos como una familia.

Empezar de nuevo

Empezar de nuevo es observar profunda y honestamente nuestro interior, nuestras acciones, palabras y pensamientos pasados, e iniciar de nuevo una fresca relación con nosotros mismos y con los demás. En nuestros centros de práctica celebramos el empezar de nuevo como comunidad cada dos semanas, y de forma individual siempre que queramos.

Practicamos empezar de nuevo para clarificar nuestra mente y conservar la frescura de la práctica. Cuando sentimos que aparecen obstáculos en nuestras relaciones con la familia o amigos y alguno de nosotros se siente herido, sabemos que ha llegado el momento de empezar de nuevo. A continuación se detallan las cuatro partes de una sesión formal de empezar de nuevo.

Cuando alguien esté hablando, no se le interrumpe. Los demás participantes practican la escucha profunda y están atentos a su respiración.

1. Regar las flores. Es la ocasión de expresar nuestro aprecio por otra persona. Podemos mencionar ejemplos concretos de hechos o palabras que han suscitado nuestra admiración. Es una oportunidad para poner en relieve, para hacer brillar lo mejor de esa persona y fomentar el desarrollo de sus cualidades positivas.

2. Expresar arrepentimiento. Si creemos que hemos cometido alguna torpeza en nuestras acciones, pensamientos o palabras y no hemos tenido ocasión de disculparnos, este es el momento de hacerlo.

3. Mostrar nuestra herida. Podemos contar cómo nos ha herido alguna interacción con nuestros seres queridos o compañeros, por alguna de sus acciones, palabras o pensamientos. Para mostrar nuestra herida primero mencionamos dos cualidades positivas que hayamos apreciado sinceramente en esa persona, para regar la flor. Esto suele hacerse en reuniones de a dos con el otro practicante, no en reuniones de grupo. Si lo deseas, puedes solicitar la presencia de una tercera persona de confianza.

4. Expresar un problema persistente y pedir ayuda. A veces, nuestro dolor, nuestra dificultad tiene su origen en hechos del pasado que afloran en el presente. Al hablar en el círculo de esa cuestión que intentamos manejar desde hace tiempo, permitimos que los demás nos comprendan mejor y puedan darnos la ayuda que realmente necesitamos.

Practicar el empezar de nuevo nos permite cultivar el habla amorosa y la escucha profunda. Empezar de nuevo es una práctica para reconocer y valorar los elementos positivos que hay en nuestras familias o grupos. Podemos darnos cuenta de que, por ejemplo, nuestra compañera de trabajo comparte su inspiración generosamente, o que nuestro hijo cuida las plantas y las flores con amor.

Reconocer los rasgos positivos de los demás nos ayuda también a reconocer nuestras propias cualidades positivas. Junto a estos rasgos positivos todos tenemos debilidades, como hablar desde la ira o quedar atrapados en nuestras percepciones erróneas. Cuando practicamos «regar las flores» ayudamos a que se desarrollen nuestras cualidades positivas y, al mismo tiempo, hacemos que se atenúen los problemas de otra persona.

Igual que en un jardín, al regar las flores de la bondad amorosa y la compasión propias y de los demás, sustraemos energía de las malas hierbas de la ira, los celos y las percepciones erróneas.

Podemos practicar el empezar de nuevo todos los días expresando nuestro aprecio por nuestros colegas o disculpándonos al momento cuando decimos o hacemos algo que les hiera. También podemos hacerles saber con amabilidad si nos sentimos heridos por ellos. La salud y la felicidad de toda la comunidad dependen de la armonía, la alegría y la paz que existan entre los miembros de la familia, el grupo de trabajo o la comunidad en general.

El zen de lavar los platos ( Thich Nhat Hanh foundation)

¿Estás cansado de lavar tus platos? Aquí te mostramos cómo profundizar en el fregado según el espíritu de Thich Nhat Hanh.

1.- “Cortar leña, acarrear agua”. Acepta el desafío de darte cuenta de que lavar los platos puede ser un encuentro profundo y agradable con la vida en el momento presente. No es un tiempo perdido. No es una tarea.
2.- Sin esfuerzo.Si estás lavando los platos solo para limpiarlos y pasar rápido a otra cosa, aún no has comprendido el zen de lavar los platos. Thich Nhat Hanh dice que solo hay una forma de lavar los platos:”disfrutar lavándolos”.
3.- Libera tu tensión.Estás reteniendo la respiración? Hay tensión en tu mandíbula? Tienes los hombros tensos? Estás apretando la esponja como si la vida te fuera en ello? Qué músculos necesitas relajar para permitirte sonreír?
4.- Conecta tu mente con el momento presente y la sensación del agua en tu piel, del plato en tus manos.Libera cualquier resentimiento. Sonríe ante cualquier sensación de culpa o ansiedad persistente y haz que tu mente se concentre al cien por cien en lo que está sucediendo en ese preciso momento.
5.- Haz un chequeo corporal.Puedes sentir las plantas de tus pies en contacto con el suelo? Cómo está tu espalda? Permite que la totalidad de tu cuerpo participe en el proceso de lavar los platos.
6.- Conecta con tus ancestros.Las manos con las que friegas, son las de tu padre o las de tu abuela? Quién te enseñó a lavar los platos? Tus tatarabuelas tuvieron la alegría del agua corriente y tibia y del jabón?
7.- Contempla la galaxia en esa cuchara. De dónde viene este metal? Y el vaso? Y la porcelana del plato? Cuáles fueron sus anteriores vidas? Dónde estarán dentro de diez mil años?
8.- Sin barro, no hay loto.Mientras te deshaces de las sobras o tiras las cáscaras en el abono, visualiza qué flores puede alimentar este compost la próxima primavera.
9.- Nutre la compasión.Sé amable contigo mismo  y con los platos. Transforma tu fregado en un acto de amor. Siente la gratitud por tener alimentos para comer, jabón para lavar y seres queridos aún vivos para ensuciar los platos.
10.- Olvídate de todos estos puntos para poder fregar en paz y libertad.

LA PRÁCTICA DE LA SANGHA

Por Thich Nhat Hanh


Una sangha es una comunidad de amigos que practican juntos el dharma para
provocar y mantener la atención plena. La esencia de una sangha es la consciencia,
el entendimiento, la aceptación, la armonía y la paz. Si no logras identificar estos
factores en una comunidad no es una verdadera sangha, y deberías tener el coraje
para mencionarlo. Pero si ves estos elementos en una comunidad, sabes que tienes
la fortuna y la felicidad de pertenecer a una verdadera sangha.


En Mateo 5:13 del Nuevo Testamento de la Biblia Cristiana se puede encontrar la
siguiente afirmación: “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere,
¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada
por los hombres.” En este fragmento, Jesús describe a sus seguidores como sal. La
comida necesita de la sal para adquirir su sabor. La vida necesita de entendimiento,
compasión y armonía para ser llevadera. Esta es la más importante contribución que
los seguidores de Jesús pueden obsequiarle al mundo. Significa que el Reino de los Cielos debe tomar forma aquí, no en ningún otro lugar, y que los cristianos necesitan
practicar un camino en el que sean la sal de la vida y una verdadera comunidad de
cristianos.
La sal es también una imagen importante en el canon budista, y esta enseñanza
cristiana es equivalente a la enseñanza del Buda sobre la sangha. El Buda habló de
cómo el agua de los cuatro océanos tiene un único sabor, el sabor de la sal, igual a su
enseñanza que también tiene un único sabor, el sabor de la liberación. De esta
manera, los elementos de una sangha son el sabor de la vida, el sabor de la liberación,
y tenemos que practicar para convertirnos en sal. Cuando decimos “Tomo refugio en
la sangha,” no hacemos una afirmación, estamos practicando.
En las escrituras budistas se dice que existen cuatro comunidades: monjes, monjas,
hombres laicos y mujeres laicas. Pero incluyo también elementos que no son
humanos dentro de una sangha. Los árboles, el agua, el aire, las aves y demás pueden
ser también miembros de una sangha. Un hermoso camino por el cual caminar
puede ser parte de nuestra sangha, un cojín también puede serlo. También podemos
transformar muchas cosas en elementos de apoyo para nuestra sangha. Esta idea no
es completamente nueva; también puede encontrarse en los sutras y en el
Abhidharma. De esta manera, un guijarro, una hoja y una dalia son mencionadas en
el Saddharmapundarika Sutra. El Sutra de la Tierra Pura dice que, si eres lo
suficientemente consciente, escucharás las enseñanzas de los Cuatro Pilares de la
Atención Plena, el Noble Óctuple Sendero y otras más en el viento que sopla a través
de los árboles. Todo el cosmos predica y practica el dharma de buddha. Si estas
atento, podrás entrar en contacto con esa sangha.


La sangha es nuestra raíz


No creo que Buda quisiera que abandonáramos a la sociedad, nuestra cultura o
nuestras raíces para practicar. La práctica del budismo debería ayudarle a la gente a
volver a sus familias. Debería también ayudarle a cada individuo a reingresar a la
sociedad para redescubrir y aceptar las cosas buenas presentes en su cultura y por
último reconstruir esas que no lo son.

Nuestra sociedad moderna produce demasiadas personas jóvenes que no tienen
raíces. Se les arranca de sus familias y sus sociedades; deambulan, no como seres
humanos, ya que no tienen raíces. Un gran número de ellos provienen de familias
disfuncionales y se sienten rechazados por la sociedad. Viven al margen, buscando
un hogar, un lugar al cual pertenecer. Son como árboles sin raíces. Para estas
personas es muy difícil practicar. Un árbol sin raíces no puede absorber agua; no
puede sobrevivir. Aunque practiquen intensamente durante diez años, es muy difícil
para ellos transformarse si permanecen en una isla, si no pueden establecer vínculos
con otras personas.
Una comunidad de práctica, una sangha, puede ofrecerle una segunda oportunidad
a una persona joven proveniente de una familia disfuncional o a alguien que ha sido
alienado de su sociedad. Si la comunidad de práctica se organiza como una familia
con una atmosfera amigable y acogedora, las personas jóvenes podrán triunfar en su
práctica.
El sufrimiento (dukkha) es uno de los grandes problemas de nuestros tiempos.
Primero tenemos que reconocer este sufrimiento y aceptarlo. Luego debemos mirar
más profundo dentro de su naturaleza para así encontrar una salida. Si observamos
la situación actual dentro de nosotros mismos y nuestra sociedad encontraremos
mucho sufrimiento. Debemos llamarlo por su verdadero nombre—soledad, el
sentimiento de estarr aislado, alienación, división, la desintegración de la familia y
la desintegración de la sociedad.
Nuestra civilización, nuestra cultura, ha sido reconocida por su individualismo. El
individuo quiere liberarse de la sociedad, de la familia. El individuo cree que no
necesita tomar refugio en su familia o en la sociedad, y piensa que puede ser feliz sin
una sangha. Es por eso que no tenemos la solidez, que no tenemos la armonía y que
no tenemos la comunicación que necesitamos tan desesperadamente.
El fin de la práctica es por lo tanto crear raíces. La sangha no es un lugar para
esconderse y evitar tus responsabilidades. La sangha es un lugar para practicar la
transformación y la reconciliación de cada quien y de la sociedad. Cuando eres fuerte
puedes estar presente para ayudar a la sociedad. Si tu sociedad está en problemas, si
tu familia es disfuncional, si tu iglesia ya no puede proveerte una vida espiritual,
entonces te esfuerzas en tomar refugio en la sangha para restaurar tu fuerza, tu
comprensión, tu compasión y tu confianza. A cambio, puedes usar esa fuerza,
entendimiento y compasión para reconstruir tu familia y tu sociedad, para renovar
tu iglesia, para restaurar la comunidad y la armonía. Esto sólo puede lograrse como
una comunidad—no como un individuo, sino como una sangha.
Necesitamos un tipo de ambiente que nos ayude a crear raíces. Una sangha no es una
comunidad de práctica en la cual cada persona es una isla, incapaz de comunicarse
entre sí —esto no es una verdadera sangha. Ningún tipo de reconciliación o
transformación resultará de una sangha así. Una verdadera sangha debe convertirse
en una familia en la cual exista un espíritu de hermandad.
Existe gran cantidad de sufrimiento, sí, y debemos aceptar todo este sufrimiento.
Pero también debemos tocar elementos positivos para fortalecernos, y cuando
estemos fortalecidos, podemos aceptar el sufrimiento dentro de nosotros mismos y
alrededor nuestro. Si vemos un grupo de gente que vive con consciencia, capaz de
sonreír y de amar, obtenemos confianza en nuestro futuro. Cuando respiramos,
sonreímos, descansamos, caminamos y trabajamos con consciencia, nos convertimos en un elemento positivo para la sociedad e inspiraremos confianza
alrededor nuestro. Esta es la manera en la que evitamos que la desesperación nos
agobie. Es también la manera en la que podemos ayudar a generaciones más jóvenes
a que no pierdan las esperanzas. Es muy importante que vivamos nuestro día a día
de una manera que demuestre que el futuro es posible.


Necesitamos una sangha


En mi tradición aprendemos que como individuos no podemos hacer mucho. Es por
eso que tomar refugio en la sangha, tomar refugio en la comunidad, es una práctica
muy fuerte e importante. Cuando digo “Tomo refugio en la sangha”, no significa que
esté expresando mi devoción. No. No es una cuestión de devoción; es una cuestión
de práctica. Cuando no pertenecemos a una sangha, cuando no tenemos el apoyo de
un grupo de amigos motivados por el mismo ideal y la práctica, no podremos ir muy
lejos.
Si no tenemos una sangha compresiva, puede ser que no obtengamos el tipo de apoyo
que necesitamos para nuestra práctica, que necesitamos para nutrir nuestro
bodhichitta (el deseo fuerte de cultivar el amor y la compresión dentro de nosotros
mismos). Algunas veces le llamamos “mente de principiante”. La mente de un
principiante es siempre bella y muy fuerte. En una sangha buena y saludable, nuestra
mente de principiante es fomentada por nuestro bodhichitta. De esta manera la
sangha es la tierra y nosotros somos la semilla. No importa que tan hermosa o fuerte
sea nuestra semilla, si la tierra no nos provee vitalidad, nuestra semilla morirá.
Uno de los hermanos del Plum Village, el hermano Phap Dung, fue a Vietnam
algunos años atrás con algunos miembros de la sangha. Fue una experiencia muy
importante para él. Había permanecido en Occidente desde que era un niño
pequeño. Cuando fue al norte de Vietnam, tuvo contacto con algunos de los
elementos más antiguos de la cultura vietnamita y con las montañas y ríos del norte
de Vietnam. Me escribió y dijo, “Nuestra tierra de Vietnam es tan hermosa como un
sueño. No me atrevo a pisar muy duro en la tierra de Vietnam”. Al decir esto
significaba que tenía la atención correcta al caminar. Su atención correcta se debe a
la práctica y apoyo que tuvo en la sangha antes de ir a Vietnam. Esa es la mente de
un principiante, la mente que tienes al principio de la práctica. Es precioso y a la vez
hermoso, pero esa mente de principiante puede romperse, puede ser destruida y
puede perderse si no es alimentada o fomentada por una sangha.
A pesar de que tenía una pequeña sangha cerca de él en Vietnam, el entorno le
distraía y se dio cuenta de que, si permanecía durante mucho tiempo sin la sangha
más grande, se dejaría llevar por el entorno, por su olvido— no sólo su propio olvido,
sino también el entorno de todos los que le rodeaban. Esto se debe a que la atención
correcta para quien apenas ha comenzado en la práctica es débil, y el olvido de los
que nos rodean es grande y capaz de arrastrarnos y ponernos en la dirección de las
cinco compulsiones.
Para practicar la atención correcta se necesita del entorno correcto, y ese entorno es
la sangha. Sin una sangha somos muy débiles. En una sociedad donde todos van
deprisa, cada uno se deja llevar por la energía de sus hábitos y la práctica es muy
difícil. Es por eso que la sangha es nuestra salvación. La sangha en la que todos
practican el caminar con atención, hablar con atención y el comer con atención
parece ser la única posibilidad para que acabemos con el ciclo vicioso.

Y, ¿qué es la sangha? La sangha es una comunidad de gente que está de acuerdo en
que, si no practicamos la atención correcta, perderemos las cosas bellas de nuestra
alma y de nuestro alrededor. La gente de la sangha que permanece cerca de nosotros,
practicando con nosotros, nos motiva para que no seamos arrastrados del momento
presente. Cuando nos encontramos en una situación difícil, dos o tres amigos en una
sangha que estén allí para apoyarnos, nos permitirán superar esa situación.
En mi tradición se dice que cuando un tigre deja la montaña y se dirige a los valles,
será capturado por humanos y asesinado. Cuando los practicantes dejan la sangha,
abandonarán su práctica luego de un par de meses. Para continuar con nuestra
práctica de trasformación y reconciliación, necesitamos una sangha. Con una sangha
es mucho más fácil practicar y por eso es que siempre tomo refugio en mi sangha.


La ayuda de una sangha


La presencia de una sangha es una maravillosa oportunidad para permitir que la
energía colectiva de la sangha ingrese a nuestro cuerpo y nuestra consciencia. Nos
beneficiamos en gran medida de la energía colectiva. Podemos encomendarnos a la
sangha porque ella está practicando y la energía de la atención colectiva es fuerte. A
pesar de que podemos confiar en la energía de la atención generada de nuestra
práctica personal, a veces no es suficiente. Pero si sabes cómo usar la energía de la
atención para recibir la energía colectiva de la sangha, tendrás una fuente poderosa
de energía para tu transformación y reconciliación.
Tu cuerpo, tu consciencia y tu entorno son como un jardín. Puede que haya un par
de arbustos o de árboles que estén muriendo y que te sientas abrumado por la
angustia y el sufrimiento de solo verlo. Puede que no te des cuenta de los demás
árboles en tu jardín que están bien, vigorosos y hermosos. Cuando los miembros de
la sangha entran a tu jardín, pueden ayudarte a ver que todavía tienes una gran
cantidad de árboles hermosos y que puedes disfrutar de las cosas que no han salido
mal en tu paisaje. Este es un papel que la sangha puede tomar. Muchas personas de
la sangha son capaces de disfrutar un hermoso atardecer o una taza de té.
Permanecen firmemente en el momento presente, y no dejan que las preocupaciones
o los arrepentimientos estropeen el momento presente. Al sentarse cerca de esa
gente, caminar cerca de esa gente, puedes obtener mucho de su energía y restaurar
tu balance. Cuando la energía de su atención se combina con la tuya, podrás tocar la
belleza y la felicidad.
Nada es más importante que tu paz y felicidad interior aquí y ahora. Un día estarás
tendido como un cadáver y no te será posible tocar la belleza de una flor. Haz buen
uso de tu tiempo; practica tocar los aspectos positivos de la vida dentro y alrededor
de ti.
No te encierres detrás de la puerta y pelees solo. Si crees que no puedes luchar con
los sentimientos fuertes por tu cuenta, puedes pedirle a uno, dos o tres amigos que
se sienten junto a ti y te ayuden con su apoyo. Pueden proveerte con la energía de su
atención para que puedas volver a casa con fuerzas. Pueden decir, “Mi hermano, sé
que el dolor que tienes adentro es profundo, estoy aquí para ti”.
El tomar refugio en la sangha es una práctica importante. Abandonado, sólo, puedes
perderte, puedes dejarte llevar. Por eso, tomar refugio en la sangha es una práctica
muy profunda, especialmente para aquellos que se sienten vulnerables, temerosos,
agitados e inestables. Es por eso que vienes a un centro de práctica, para tomar
refugio en la sangha. Le permites a la sangha que te transporte como un bote para
que así puedas cruzar el océano de la tristeza.
Cuando arrojamos una roca dentro de un río la roca se hundirá. Pero si tenemos un
bote, el bote puede cargar cientos de kilos de rocas sin hundirse. Lo mismo sucede
con nuestra tristeza o dolor. Si tenemos un bote, podemos llevar nuestro dolor y
tristeza y no nos hundiremos en ese río de sufrimiento. Y, ¿qué es ese bote? Ese bote
es, primero que todo, la energía de la atención que se genera de la práctica. Ese bote
es también la sangha— la comunidad de la práctica c0nsiste de hermanos y
hermanas en el dharma.
No es necesario solo aportar alegría cuando venimos a la sangha; también podemos
traer nuestro sufrimiento con nosotros. Pero debemos caminar el camino de la
felicidad con nuestro sufrimiento, debemos compartir alegría con nuestros
hermanos y hermanas. Así estaremos en contacto con las semillas de la felicidad
dentro de nosotros mismos y el sufrimiento crecerá cada vez más débil y será
transformado. Permítete ser motivado y apoyado por la sangha. Cuando te permites se parte de una sangha de la misma manera en que una gota de agua se permite ser
parte de un río, la energía de la sangha puede penetrarte y transformarte, así la
curación será posible.


La práctica es más fácil con una sangha


La única manera de apoyar al Buda, de servir a la sangha, de ayudar a la tierra, de
respaldar a nuestros niños y generaciones futuras, es realmente estar aquí para ellos.
“Cariño, estoy aquí para ti” es una afirmación de amor. Necesitas estar aquí. Si no
estás aquí, ¿cómo puedes amar? Es por eso que la práctica de la meditación es la
práctica de estar presente para los que amamos.
Estar presente suena como una cosa fácil de hacer. Para muchos de nosotros es fácil
porque hemos hecho de esto un hábito. Es el hábito de permanecer presentes en el
momento, de tocar el brillo del sol en la mañana profundamente, de tomar nuestro
té de la mañana profundamente, de sentarse y estar presente con la persona que
amamos. Pero para algunos de nosotros puede que no sea tan fácil, porque no hemos
cultivado el hábito de estar presentes aquí y ahora. Siempre estamos corriendo y es
difícil para nosotros detenernos y estar presentes en el momento, de encontrarnos
con la vida. Aquellos de nosotros que no hemos aprendido a estar presentes,
debemos sentirnos apoyados en ese aprendizaje. No es difícil cuando tenemos el
soporte de una sangha. Con una sangha aprenderás el arte de detenerte.
La sangha es un hogar excepcional. Cada vez que vuelves a la sangha sientes que
puedes respirar más fácilmente, puedes caminar con más atención, puedes disfrutar
mejor del cielo azul, de las nubes blancas y de los cipreses en tu patio. ¿Por qué?
Porque los miembros de la sangha practican yéndose a casa varias veces al día—
caminando, respirando, cocinando y haciendo sus actividades del día a día con
atención plena. Todos en la sangha practican de la misma manera, caminando con
atención, sentándose con atención, comiendo con atención, sonriendo, disfrutando
cada momento de la vida.
Cuando practico caminando, lo hago con pasos atentos y hermosos. Hago esto no
solo por mí mismo, sino también por todos mis amigos presentes; para que todos los
que me ven dando pasos como esos tengan confianza y recuerden hacer lo mismo. Y
cuando den un paso en el momento presente, sonriendo y reconciliándose consigo
mismos, nos inspiren a todos. Tú respiras por mí, yo camino por ti, hacemos cosas
juntos, ellas nos inspiran a todos. No necesitas hacer mucho esfuerzo; tu práctica es
fácil porque sientes el apoyo de la sangha.
Cuando nos sentamos juntos en una sangha, disfrutamos la energía colectiva de la
atención plena y cada uno de nosotros permite que la energía de la sangha nos
atraviese. Aún si no haces nada, si paras de pensar y te permites absorber la energía
colectiva de la sangha, es curativo. No luches, no intentes hacer algo, sólo permítete
estar con la sangha. Permítete descansar y la energía de la sangha va a ayudarte, te
llevará y te sostendrá. La sangha está ahí para hacer del entrenamiento algo fácil.
Cuando estamos rodeados de hermanos y hermanad haciendo exactamente lo
mismo, es fácil fluir en la corriente de la sangha.
Como individuos tenemos problemas, también tenemos problemas en nuestras
familias, nuestras sociedades y nuestras naciones. La meditación en el siglo
veintiuno debería convertirse en una práctica colectiva; sin una sangha no podemos
lograr mucho. Cuando comenzamos a concentrarnos en el sufrimiento a gran escala,
comenzamos a relacionarnos y sentirnos identificados con otras personas, también
somos nosotros mismos, y los pequeños problemas que tenemos dentro de nuestro
círculo individual desaparecerán. De esta manera, nuestra soledad o nuestros
sentimientos de aislamiento dejarán de estar allí nos permitirán hacer cosas juntos.
Si solucionamos nuestros problemas solos, se hace más difícil. Cuando surge una
emoción fuerte, puede que no te sientas capaz de soportarlo. Puede que tengas una
crisis nerviosa y quieras morir. Pero si tienes a alguien, a un buen amigo que se siente
contigo, te sentirás mejor. Sentirás el apoyo y tendrás más fuerza para lidiar con esa
emoción. Si estás ingiriendo algo que es tóxico, aun sabiendo que puede enfermarte,
puede que no seas capaz de cambiar ese hábito. Pero si estás rodeado por gente que
no tiene el mismo problema, se hace más fácil cambiarlo. Es por eso que es muy
importante practicar en el contexto de una sangha.
Ya que sientes el apoyo allí, la sangha es el entorno más apropiado para practicar
mirando profundamente. Si tienes una sangha, dos, tres e inclusive hasta cincuenta
personas practicando correctamente— obteniendo alegría, paz y felicidad de la
práctica— entonces eres la persona con más suerte del mundo.
Así que la práctica en el entorno de una sangha es más fácil. No debemos practicar
tan intensamente. Nuestra práctica se convierte en la práctica de la “no práctica”.
Esto significa mucho. No tenemos que obligarnos a practicar. Podremos dejar la
lucha y permitirnos ser, descansar. Para esto, sin embargo, necesitamos algo de
entrenamiento, y la sangha está allí para hacer del entrenamiento algo fácil. Estando
conscientes de que estamos en una sangha en la cual las personas son felices al estar
atentas, donde las personas viven profundamente momentos de sus vidas, eso es
suficiente. Siempre me siento feliz en la presencia de una sangha feliz. Si te expones
a ese tipo de entorno la transformación sucederá sin mucho esfuerzo. Esta es mi
experiencia.


Practicando en la sangha


Si eres un principiante en la práctica, no deberías preocuparte sobre qué es lo que
tienes que hacer. Al estar rodeado por varias personas, podemos dejarnos llevar por
la idea “No sé qué es lo que tengo que hacer”. Esa idea puede hacernos sentir
incómodos. Podemos pensar: “Me siento apenado por no estar haciéndolo bien. Hay
quienes están haciendo una reverencia y yo no. Hay gente que está caminando
lentamente y yo estoy caminando muy rápido”. La idea de no estar haciendo lo
correcto puede apenarnos.
Quisiera decirte qué es lo correcto. Lo correcto es hacer lo que sea que estés haciendo
con atención plena. Atención plena significa ser conscientes de la realidad presente.
Hacer reverencia puede no ser lo correcto si lo haces sin estar consciente. Si no haces
reverencias, pero estas consciente, no hacer reverencia es lo correcto. Aun si los
demás están caminando lentamente y tú estás corriendo, estás haciendo lo correcto
si lo haces con atención plena. Todo lo que hacemos está bien si lo hacemos
conscientes. Hacer reverencia o no, esa no es la cuestión. La cuestión está en hacer
reverencia conscientemente o no y en no hacer reverencia conscientemente o no.
Si das un paso y te sientes en paz y feliz, sabes que esa es la práctica correcta. Sólo tú
puedes saber si lo estás haciendo correctamente o no. Nadie más puede juzgar.
Cuando practicas inhalando y exhalando, si te sientes en paz, si disfrutas al inhalar
y exhalar, sabes que lo estás haciendo correctamente. Eres la persona que mejor
puede identificarlo. Ten confianza en ti mismo. Donde sea que te encuentres, si te
sientes calmado y en paz, si sientes que no tienes ninguna presión, entonces lo estás
haciendo bien.
La función de la campana en una sangha es hacernos retomar consciencia. Cuando
escuchamos la campana nos hacemos conscientes de nuevo y respiramos, y así
mejoramos la calidad de la energía de la sangha. Sabemos que nuestros hermanos y
hermanas, donde sea que estén, se detendrán, respirarán y se harán conscientes de
nuevo. Estarán generando la energía de la atención correcta, la energía de la sangha.
Cuando nos miramos mutuamente, nos sentimos en confianza, ya que todos están
practicando juntos de la misma manera y contribuyendo a la calidad de la sangha.


Somos amigos en el camino de la práctica.


La sangha se compone del trabajo de individuos, así que tenemos la tarea de ayudar
a crear la energía de la sangha. Nuestra presencia, cuando se hace con atención
plena, contribuye a esa energía. No estamos contribuyendo con la energía de la
sangha cuando estamos ausentes durante las actividades de la sangha. No
alimentamos a nuestra sangha si no nos sentamos a practicar. También nos estamos
causando hambre, ya que no estamos beneficiándonos de la sangha.
No obtenemos beneficio de la sangha y la sangha no se beneficia de nosotros. No
creas que somos aislados e independientes. No te sientas sólo, te sientas por toda la
sangha—no sólo tu sangha, sino también por los habitantes de tu ciudad, porque
toda la ciudad se beneficia de cada persona que esté menos enojada y sonriendo más.
Si practicamos mirando profundamente, el conocimiento del interser crecerá y
veremos que cada sonrisa, cada paso, cada inhalación se hace para el bien de todos.
Para el de nuestro país, para el futuro y para nuestros ancestros.
Lo mejor que podemos hacer es transformarnos en un elemento positivo de la
sangha. Si los otros miembros de la sangha nos ven practicando bien, su confianza
crecerá y mejorarán. Si hay dos, tres, cuatro, cinco, seis o siete así dentro de la
sangha, estoy seguro de que la sangha será una sangha feliz y será el refugio de
muchos en el mundo.

La sangha no es perfecta

Nuestra transformación y reconciliación depende de la calidad de la sangha. Si hay
suficientes personas sonriendo y felices en la sangha, la sangha tendrá más poder
para curar y transformar. Así que debes invertir en tu sangha. Cada miembro de la
sangha tiene sus debilidades y fortalezas, por eso debes reconocerlas y de esta
manera aprovechar los elementos positivos para beneficio de la sangha. También
debes reconocer los elementos negativos para que tú y toda la sangha puedan ayudar
a aceptarlos. No dejas ese elemento negativo sólo a su propietario, ya que puede que
no sea capaz de transformarlo por sí solo.
No necesitas una sangha perfecta —una familia o comunidad no tiene que ser
perfecta para ser beneficiosa. De hecho, la sangha en los tiempos de Buda no era
perfecta. Pero era suficiente para permitir a las personas tomar refugio en ella ya que
dentro había personas con suficiente compasión, solidaridad y veracidad para
aceptar a otros que no tenían tanta compasión, solidaridad y veracidad. Yo también
tengo dificultades con mi sangha, pero soy muy feliz ya que todos intentan practicar
en mi sangha.
Si viviéramos en una sangha en la cual todos fuesen perfectos, todos fuesen un buda
o bodhisattva, sería muy difícil para nosotros. Encontrar debilidad en la otra persona
es muy importante y dentro de ti mismo es muy importante. El enojo nos habita, la
envidia nos habita, la arrogancia nos habita. Estos elementos son muy humanos. Es
gracias a la presencia de debilidad en ti y en tus hermanos y hermanas que aprendes
a practicar. Practicar es tener una oportunidad para transformarse. Es a través de
nuestras limitaciones que aprendemos de la práctica.
Hay quienes piensan en abandonar su sangha cuando encuentran dificultades con
otros miembros de la misma. No pueden soportar que les inflijan pequeñas
injusticias porque sus corazones son pequeños. Para hacer crecer tu corazón cada
vez más, el entendimiento y el amor son necesarios. Tu corazón puede crecer tan
grande como el cosmos; el crecimiento de tu corazón es infinito. Si tu corazón es
como un gran río puede recibir cualquier cantidad de tierra. No te afectará y podrás
transformar la tierra fácilmente.

Buda usó está idea. Si pones un poco de tierra en un jarro de agua esa agua deberá
ser descartada. No es posible beberla. Si pones esa misma cantidad de agua en un
gran río, la gente puede seguir bebiendo del río debido a su inmensidad. En un día,
esa tierra será transformada en el corazón del río. Por lo tanto, si tu corazón es tan
grande como un río, podrás recibir cualquier cantidad de injusticias y, aun así, vivir
en felicidad. Puedes transformar en un día las injusticias que recibas. Si todavía
sufres, tu corazón no es lo suficientemente grande. Esa es la enseñanza de paciencia,
control e inclusión encontrada en el budismo. No practicas para suprimir el
sufrimiento, practicas para expandir tu corazón al tamaño de un río.
Un día, el Buda dijo a sus discípulos: “Hay personas entre nosotros que no tienen la
misma capacidad que tenemos. No tienen la capacidad para actuar o hablar
correctamente. Pero si miramos con profundidad, podemos ver que en sus corazones
hay buenas semillas y por eso debemos tratar a esas personas de una manera en la
que esas semillas no se pierdan”. Hay personas a nuestro alrededor que creemos que
no tienen la misma capacidad de practicar que nosotros. Debemos entender que esas
personas también tienen buenas semillas y que debemos cultivarlas de una manera
que les de la oportunidad de recibir agua y germinar.
El Buda veía a todos sus discípulos como sus hijos; yo pienso en los míos de la misma
manera. Cualquiera de mis discípulos es un hijo al cual di a luz. En mi corazón me
siento en paz, me siento liviano y feliz a pesar de que ese hijo pueda tener un
problema. Puedes usar ese método. Si hay una persona en la sangha con la que tienes
problemas, no pierdas la esperanza. Recuerda “Mi maestro ha dado a luz a ese hijo.
¿Cómo puedo practicar para llegar a ver a esa persona como mi hermana? Y así
permitirle a mi corazón sentirse en paz y dispuesto a aceptarla. Esa persona sigue
siendo mi hermana, sea que yo lo quiera o no”. Esas palabras y esos sentimientos
pueden ayudar a disolver la irritación que sientes frente a esa persona.
Si tenemos armonía en la sangha podemos brindarles confianza a muchas personas.
No tenemos que ser perfectos. Yo mismo no soy perfecto y tú tampoco tienes que ser
perfecto. A tu manera, puedes expresar tu armonía dentro de la sangha, este es tu
regalo.

En una sangha debe haber personas difíciles. Estas personas son un elemento bueno
para ti—pondrán a prueba tu capacidad de practicar y construir en la sangha. Un día
que esa persona te diga algo ofensivo podrás sonreír y no sufrir por eso. Tu
compasión nacerá y serás capaz de aceptarlo o aceptarla dentro de tu compasión y
entendimiento. Entonces sabrás que has crecido en tu práctica. Te sentirás
encantado de que un acto como ese ya no te haga sentir enojado o triste, de que tienes
suficiente compasión y entendimiento para aceptarlo. Es por eso que no debes
sentirte tentado a eliminar elementos que consideras difíciles dentro de tu sangha.
Hablo desde mi propia experiencia. Tengo más paciencia y compasión ahora y
gracias a eso, mi felicidad ha crecido bastante. Sufres porque tu entendimiento y
compasión no son todavía lo suficientemente grandes para aceptar personas
difíciles, pero con la práctica crecerás, tu compasión y entendimiento crecerán y no
sufrirás más. Gracias a que la sangha practica junta, gracias a este modelo de
práctica, esas personas se transformarán. Es un gran éxito, mucho más grande que
el éxito con esas personas con la que te es fácil llevarte.


Tomo refugio en la sangha


La razón por la que tomamos refugio en algo más es la necesidad de protección. Pero
frecuentemente tomamos refugio en personas o cosas que no son completamente
sólidas. Podemos sentir que no somos lo suficientemente fuertes para estar solos, así
que nos vemos tentados a buscar alguna persona en la cual tomar refugio. Estamos
inclinados a pensar que nuestra vida será más fácil si tenemos a alguien que sea
fuerte y que pueda ser nuestro refugio. Debemos ser cuidadosos ya que si tomamos
refugio en una persona inestable la poca solidez que tenemos dentro de nosotros se
perderá completamente. Muchas personas han hecho eso y han perdido la poca
solidez y libertad que antes tenían.
Cuando existe algún peligro debes escapar, necesitas tomar refugio en un lugar
seguro y sólido. La Tierra es algo en lo que podemos refugiarnos porque es sólida.
Podemos construir casas en la tierra, pero no podemos construir en la arena. La
sangha es lo mismo. La atención plena, la concentración y la percepción correcta han
creado sanghas e individuos que son sólidos, así que cuando tomes refugio en la
sangha tomas refugio en el más sólido de los elementos.

Cuando te sientes enojado, si sabes cómo regresar a respirar con atención y tomar
refugio en tu atención plena, te haces fuerte. Puedes vivir pacíficamente en ese
momento y eres capaz de lidiar con la situación de una manera más lúcida. Sabes
que dentro de ti hay elementos de atención plena, concentración y percepción
correcta. Esas semillas siempre están allí. Si tienes un amigo, un profesor o una
sangha que te ayude a tocar esas semillas y hacerlas crecer, tienes el mejor tipo de
protección.
Este es el papel que toma la sangha al apoyarnos, protegernos y alimentarnos. En la
sangha hay estabilidad y alegría. La sangha es devota a practicar atención plena,
concentración y percepción correcta y, a medida que todos en la sangha se benefician
de su atención correcta, también pueden tomar refugio en la energía colectiva de
dicha atención, concentración y percepción de la sangha. Es por eso que existe una
sensación de solidez y seguridad en la sangha. No tenemos miedo porque la sangha
está allí para protegernos.
Es como en las bandadas de gansos que viajan juntas de norte a sur en grandes
números: si una de estas aves se aleja sola de su camino, será más fácil de atrapar,
pero si permanecen juntas estarán más seguras. Cerca de Plum Village hay cazadores
que usan el llanto de un ave para atraer y cazar gansos. Si un ganso salvaje deja la
bandada y desciende sola será más fácil de atrapar por parte de los cazadores.
Sucede lo mismo con la sangha. Si creemos que podemos vivir solos, aparte de la
sangha, no conocemos nuestras fortalezas o debilidades. Gracias a la sangha no
entramos en caminos de oscuridad y sufrimiento. Aun cuando pareciera que la
sangha no está haciendo nada, de hecho, está haciendo mucho, porque en la sangha
hay protección.
Sin la sangha podemos caer fácilmente en las trampas de las cinco compulsiones.
Una vez en esas trampas arderemos en las llamas de las aflicciones y el sufrimiento.
El entrenamiento continuo de atención plena y el tomar refugio en la protección de
la sangha son excelentes maneras de evitar ser atrapados en las trampas de las cinco
compulsiones. Seguimos con estos entrenamientos para que nos protejan. Los
demás miembros de la sangha también continuarán su entrenamiento de atención
plena y nos ayudarán.

Algunas personas me han dicho que nunca se han sentido seguras antes de irse a un
retiro. Y luego de sentarse, comer y caminar con atención plena dentro de la sangha
se sienten seguros por primera vez. Incluso otras pequeñas creaturas que viven cerca
se sienten seguras, porque estamos atentos y hacemos lo posible por no lastimarlas.
Ese sentimiento de seguridad puede llevarnos a la alegría. Podemos practicar de la
siguiente manera:
Inhalando, veo que soy parte de una sangha y que estoy siendo protegido por mi
sangha.


Exhalando, sentimos alegría.


El dharma puede protegerte—no en el sentido de conversaciones o libros sobre el
dharma—sino el dharma representado por la práctica de personas como tú. Cuando
practicas respirando atentamente, caminando atentamente y escuchando
atentamente a la campana, atraes a ti mismo elementos de paz y estabilidad y estas
protegido durante ese tiempo. Comienzas a irradiar la energía de la estabilidad y la
paz alrededor de ti. Esto ayudará a que protejas a tus hijos y seres queridos. Aunque
no ofrezcas una conversación del dharma con palabras, estás haciéndolo con tu
cuerpo, con tu inhalación, con tu exhalación, con tu vida. Ese es el dharma viviente.
Necesitamos eso, así como necesitamos una sangha viva.

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